CHARLOTTE.
Entré a la habitación de mi atacante. No sé bien como lo hice, pero me escurrí en su guarida tal y como lo hace la humedad, silenciosa y mortal.
Llevaba un cuchillo en la mano, lo había comprado con un set en el súper mercado de una calle cercana. Era como los que utilizaban los chefs. El resto los había dejado en las afueras, detrás del arbusto.
Fui sigilosa, no tenía ánimos de perseguirlo, no tenía ganas de jugar.
Solo quería matarlo, destazarlo por completo, dejarlo perfectamente molido para dárselo de comer a los animales de la granja que estaba cerca de mi pequeño remolque.
Conmigo no puedes meterte, a menos que quieras condenarte a muerte.
No puedes, no debes. No quieres.
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Quería disfrutar sus gritos, sus miradas de horror, su llanto.
Quería que me implorara.
Quería que pidiera ayuda.
Quería que finalmente rogara porque terminara de matarlo.
No iba a tener ayuda. No había nadie cerca.
Iba a morir por dolor, no por otra cosa. No voy a permitir que sea de otra manera.
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Puse mi mano en su boca, él abrió los ojos porque presioné tan fuerte que la respiración se le entrecortó.
- Shhh, no grites- sonreí- prometo que…no, no prometo que no dolerá… será tan lento y doloroso que me pedirás a gritos que termine de matarte.
Levanté el verduguillo y lo bajé con lentitud.
Poca presión, aumentando de a poco. Quiero sentir ese punto en el que la piel deja de ser un estorbo. Quiero darme cuenta cuando lo atraviese por primera vez.
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Tomo un cable y hato con fuerza sus piernas. Es largo. Lo estiro y lo hago doblarse, ahora sus pies tocan su cabeza.
Paso el cable por sus hombros, no quiero que se asfixie.
Paso el cuchillo por su brazo y me deleito con la piel rasgada, con la sangre brotando escandalosa y brillante.
- ¡Ayuda!- grita.
- no hay nadie- le susurro.
- ¡Perdón!
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Me detuve con la punta clavándole el cuchillo en la muñeca, deleitándome con el “clack” que habían hecho los huesitos al separarse unos de los otros. Él gritaba, casi desgarrándose la garganta.
Tanteé en mi bolsillo y encontré el picahielos que había pensado en utilizar originalmente.
- No te muevas- gruñí, pero él desobedeció así que éste fue a para a su otra mano dejándolo completamente clavado a la alfombra- te dije que no te movieras- canturreo satisfecha por sus gritos.
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- bueno… creo que no vas a aguantar más.
Me relamí los dedos llenos de sangre mientras seguía buscando con la otra mano, entonces él empezó a emitir quejidos, tenía poco tiempo.
- Vaya, pensé que tendrías más aguante- alcé una ceja y de un jaló le saqué todos los intestinos.
- ¿Qué se siente, cabrón?- dije mientras con el cuchillo me dedicaba a partir en dos la tira- No te metas con Charlotte, a Charlotte no le gusta que se metan con ella- dije sonriente.
Me llevé al a boca el trozo de intestino mientras volví a meter la mano al interior del bastardo, sentí una masa palpitante y sonreí. La tomé fuertemente y la apreté hasta que ésta dejó de latir.
- Ups- me levanté, escupí el pedazo de carne que tenía en la boca, sostuve el cuchillo con mis dientes mientras me limpiaba en el vestido.
- A Charlotte no le gusta que se metan con ella.
NOTA IMPORTANTE: ESTE ES UN BORRADOR. ÉSTA VERSIÓN ASÍ COMO LA VERSIÓN TERMINADA ESTÁN PROTEGIDAS BAJO LA LEY DE DERECHOS DE AUTOR DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, QUEDA PROHIBIDA SU COPIA Y REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL SIN LA AUTORIZACIÓN PREVIA DE SU AUTOR.
© 2009 Copyright: Alaide H.